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La caza a Julian Assange: un atroz ejemplo de acoso internacional

Torturado, acusado bajo cargos anacrónicos… y ahora piden su extradición de manera extralegal.

Estados Unidos pidió recientemente la extradición de Julian Assange. Según reportó The Washington Post, el Departamento de Justicia solicitó formalmente al Reino Unido el traslado del fundador de Wikileaks para que sea juzgado por espionaje y por conspiración, cargos por los que podría ser condenado hasta a 175 años de cárcel.

Sin embargo, la fecha límite para solicitar la extradición de un prisionero, según el tratado de extradición entre Washington y Londres, requería que esto se llevara a cabo en los 60 días siguientes a la detención de Assange, esto es, desde el 11 de abril. Esto quiere decir que cualquier extradición se llevaría a cabo de manera extralegal.

Assange se encuentra en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, ―considerada un “Guantánamo” inglés―, lugar donde, como pudo constatar el relator de la ONU, Nils Melzer, Assange ha sufrido terribles torturas. Como dijo recientemente en conferencia de prensa:

"Assange muestra todos los síntomas de una persona que ha sido expuesta a la tortura psicológica por un período prolongado de tiempo. Estamos hablando acerca de constante estrés severo, ansiedad crónica psicológica severa... El psiquiatra que me acompañó en la visita dijo que su estado de salud era crítico."

Melzer señaló que en 20 años de trabajo con víctimas de guerra, violencia y persecución política, él nunca había visto un grupo de estados democráticos buscar deliberadamente aislar, demonizar y abusar de un solo individuo por tanto tiempo. En entrevista para Democracy Now aseguró que:

“[…] debo decir que yo estoy horrorizado por el sostenido y concertado abuso al que este hombre ha estado expuesto en las manos de diversos estados democráticos por un período de casi una década. [Assange] ha estado expuesto a una campaña creciente de acoso público […] un vilipendio e intimidación que va del ridículo deliberado a los insultos, y se ha elevado de hecho a llamados abiertos para su asesinato, sin que los gobiernos implicados hayan interferido nunca para protegerlo de estas inaceptables amenazas.”

El relator exteriorizó también su temor de que, de ser extraditado, Assange se enfrente a un juicio politizado:

“Estoy gravemente preocupado por los prospectos de una posible extradición a los Estados Unidos. Como indiqué esta mañana en Ginebra, me preocuparía que él podría estar expuesto a un juicio politizado en violación de sus derechos humanos."

Además, la acusación que hace Estados Unidos contra Julian Assange (17 cargos por violar la Ley de Espionaje al publicar documentos militares y diplomáticos clasificados) es nada menos que una acusación anacrónica. Según Melzer:

“Esta es la primera vez que un periodista o editor ha sido acusado bajo una ley que proviene de tiempos de la Primera Guerra Mundial.”

Aún así, y pese a la presión internacional tanto institucional como mediática, todo indica que Assange será extraditado tarde o temprano. Y es que la situación política en Reino Unido no es favorable para él.

El vocero de WikiLeaks, el islandés Kristinn Hrafnsson, advirtió el día 3 de junio que Julian Assange no recibirá un trato “imparcial ni justo” por parte de las autoridades de Reino Unido en su proceso de extradición a Estados Unidos. Esto tras revelarse las intenciones del canciller británico, Jeremy Hunt, por vía de sus declaraciones en Twitter, donde declaró que si llega al puesto de primer ministro británico, al que aspira tras la renuncia de Theresa May, no impedirá la entrega de Assange a la justicia estadunidense.

Así, la espada de Damocles pende de un hilo sobre la cabeza de Assange. Ante ello no queda sino seguir denunciando esta atroz situación por todas las vías posibles. pues sólo una mayor presión puede proteger a Assange de un recrudecimiento en la violación a sus derechos humanos.

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