De nuevo otra vez: a las mujeres nos están matando

Un año se fue. En sus últimas horas, una mujer de 32 años, Mónica Cházaro Martínez, fue desaparecida y asesinada en Veracruz.

En promedio, 9 mujeres fueron asesinadas al día en México en 2018: dos más de las que se reportaron en 2017 y 2018.

Un año llegó. En sus primeras horas, una niña de 9 años, Camila, fue desaparecida, violada y asesinada en Valle de Chalco.

De enero a octubre de 2018 se reportaron 70 feminicidios de niñas: una cifra récord.

Un año se fue. En sus primeros meses, la estudiante de filosofía de la UNAM, Mariela Vanessa, desapareció.

Se ha perdido la cuenta de las decenas de jóvenes desaparecidas que pertenecen a la máxima casa de estudios...

Un año llegó. En su primer mes, la Procuraduría dice: Mariela Vanessa tenía depresión crónica, por eso se marchó.

…pero sabemos que forman parte de las 8 mil 495 mujeres que han sido desaparecidas en México desde 2010.

Cada desaparición, cada feminicidio, cada violación, es culpa del Estado. Por acción u omisión.

Acción: hace apenas unos días, el Ejército disparó a mansalva contra dos chicas en Nuevo León, hiriendo a una de gravedad.

Cada desaparición, cada feminicidio, cada violación, es culpa del Estado. Por acción u omisión.

Omisión: En 2018 incrementaron los feminicidios con armas de fuego exclusivas del ejército. 35 de las 66 mujeres asesinadas de enero a julio de 2018 fueron balaceadas, según la creadora del mapa de feminicidios, la geofísica María Salguero.

Estamos hartas de esta violencia estructural. Estamos hartas del miedo. Estamos hartas de sus excusas.

2018 no fue el año de las mujeres. No de la mayoría. ¿Hasta cuándo?

Para que los próximos años sean nuestros años tenemos que seguir luchando por la justicia, la verdad y la memoria. Pero también por un proyecto de nación en el cual las mujeres tengamos futuro, y no temamos al presente.

Un proyecto desde el cual emanciparnos a nosotras y a nuestra clase. Porque el socialismo será feminista o no será.

Sigamos luchando este 2019 por ello, pese a que haya comenzado de una manera tan brutal.

¡Aquí nadie se rinde, compañeras!