¡De la clase política no vendrán soluciones reales! ¡Tienen su proyecto de ciudad, construyamos el nuestro!
Luchar por espacios públicos de calidad dentro de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) tiene como objetivo esencial cohesionar a las amplias capas sociales, las cuales vivimos bajo la violencia estructural imputada por la clase política que se muestra en la segregación espacial, la pobreza exacerbada, los servicios públicos de pésima calidad, la falta de acceso a centros culturales y deportivos, la incertidumbre de salir a la calle a sabiendas de que te puedan asaltar, extorsionar, secuestrar o asesinar o la casi nula accesibilidad a las principales vías de comunicación, por citar algunos ejemplos.
La cohesión social de la que hablamos puede fortalecer una convivencia donde el respeto y la solidaridad ayuden a la creación de nuevas formas de organizarnos, a reconstruir el sentido de pertenencia a cierto territorio y a poner a debate el sentido de vivir y apropiarse de los espacios públicos junto con preguntas más profundas e importantes como: ¿quién nos deja sin estos espacios y porqué?. Siguiendo la línea a discutir, nos parece significativo mencionar que los espacios públicos con locación en la ZMVM están siendo desaparecidos por un vertiginoso proceso impulsado desde los grandes capitales, en su mayoría inmobiliarias y constructoras.
Dicho proceso está acompañado de toda una reconfiguración de la Zona Metropolitana en su conjunto, es decir, desaparecen espacios públicos para levantar centros comerciales, despojan a habitantes originarios construyendo zonas residenciales elitistas, degradan calles y avenidas para poner en funcionamiento transporte “público” con mayor concesión privada: metrobús, edifican zonas habitacionales sin planeación alguna: Tecámac, imponen megaproyectos de actividad comercial como TecnoParque-Azcapotzalco, entre otras reconfiguraciones.
Inmobiliarias y constructoras buscan hacer funcional la ciudad, sólo a sus intereses. Su objetivo es claro, acumular y reproducir su capital acosta de cualquier situación. La clase política ha demostrado de qué lado está. Por tanto, somos las y los que habitamos y trabajamos en la ZMVM quienes podremos detener este proceso irracional.
Asumir la responsabilidad y el compromiso para con nuestra ciudad no tiene que tener prórroga alguna, pues la violencia estructural aumenta cada día más. En la energía del conjunto de la clase trabajadora se juega quién necesita tener en sus manos la gestión local y regional de recursos naturales, espacios públicos, centros de recreación para llevar a cabo otro tipo de vida. Organizándonos de manera comunitaria podremos darle solución a nuestras problemáticas y conformar nuestro proyecto contra el neoliberal.
