top of page
  • Foto del escritorAdmin

Cuando el Che desacralizó el dinero


...Y los capitalistas pusieron el grito en el cielo.

Sabido es que todos los billetes tienen símbolos, frases y representaciones históricas que conforman un collage de aparente orgullo patrio. Algunos incluyen lemas que aluden a la religión, como los dólares y los centavos que rezan “In God We Trust”, es decir, “En Dios Confiamos”, el cual es ni más ni menos que el lema de Estados Unidos. Dato curioso: desde 1912, "En Dios Confiamos” fue el lema grabado en las monedas de Córdoba de la República de Nicaragua, lo que permaneció así hasta 1980, cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional lo suprimió en las emisiones de moneda que se hicieron durante su gobierno.

Esto deja entrever que aquel objeto que nos han hecho venerar como a un dios está repleto de un tipo de simbología muy específico que, lejos de representar a las mayorías, suele legitimar gráficamente el dominio de una clase sobre otra. El patriotismo anticuado de muchos billetes, por ejemplo, suele incluir personajes históricos que no representan a las mayorías, y que sólo reproducen la idea de que la historia la hacen los vencedores y que todos fueron hombres. Así, los billetes cuentan una historia, y emiten un mensaje. Por eso existe una disputa en torno a cómo deben de ser los billetes, que deben representar, a qué personajes deben retratar y que lemas deben cargar, entre otras cosas de caracter discursivo e ideológico. Una discusión que, por cierto, está presente hoy en el México de la 4T.

Pero el Che desafió a la banca y a su sagrado dinero

Cuando el Che fue nombrado Presidente del Banco Nacional de Cuba en 1959, cargo que ocupó con éxito por 15 meses, la decisión no gustó a algunos empresarios y banqueros (tanto cubanos como extranjeros). Sabían que sus negocios estaban en riesgo inminente, pues colocar al Che en dicho puesto era una movida estratégica del nuevo gobierno revolucionario para poder sacar a flote sus finanzas y lograr la independencia económica y, con ello, la soberanía nacional. Si el Che era médico de profesión, y su apellido auguraba malos negocios (como asegurara su padre) eso era cosa sin importancia. Para Fidel, quizá no había otro en quien pudiese confiar más una tarea tan crucial.

Una de las cosas que el Che tenía que hacer en su cargo era la de asegurar y legitimar la emisión de nuevos billetes, lo que todo Presidente del Banco Nacional tenía que hacer imprimiendo su firma en éstos. Pero el Che no firmó los billetes con una presuntuosa y elegante firma: los firmó simplemente como “Che”.

Esto constituyó un acto radical que, no sin razón, hizo poner el grito en el cielo a más de un fúrico creyente en el credo del capital, que veía con horror ese acto de desacralización del dinero y todo lo que representaba, tanto ideológica y discursivamente como, por supuesto, para el futuro de la dominación material.

Lo que hizo el Che fue desacralizar el dinero, burlándose, de una forma sumamente fina e ingeniosa de la deidad de los capitalistas. Pero además dejó bien claro que en Cuba ya no se iba a adorar al dinero, y que el banco sería, de una vez por todas, una institución por y para el pueblo, que ayudaría a sacar adelante la revolución socialista. Y en ese proyecto ya no cabía la fetichización a esa magna mercancía llamada dinero.

35 visualizaciones0 comentarios
bottom of page