
El fascismo está regresando en pleno siglo XXI. Pero en lugar de enfrentarse con obstáculos, las “democracias occidentales” le están abriendo camino.
(Nota políticamente correcta: lamento si a alguien le incomoda la expresión "hijo de puta". La frase se atribuye a Franklin Roosevelt, refiriéndose a Anastacio Somoza, aunque también hay quien la atribuye a Cordell Hull, Secretario de Estado de Rooselvelt)
Hace tres años, Kamel Daoud, escribió:
"Daesh negro, Daesh blanco. Los primeros [ISIS] cortan gargantas, matan, lapidan, cortan manos, destruyen la herencia común de la humanidad y desprecian a la arqueología, a las mujeres y a los no musulmanes. Los segundos [Arabia Saudí] están mejor vestidos y son más ordenados, pero hacen las mismas cosas. El Estado Islámico; Arabia Saudita. En su lucha contra el terrorismo, Occidente libra la guerra contra uno, pero da la mano al otro. Este es un mecanismo de negación, y la negación tiene un precio: preservar la famosa alianza estratégica con Arabia Saudita a riesgo de olvidar que el reino también se basa en una alianza con un clero religioso que produce, legitima, difunde, predica y defiende el wahabismo: la forma ultra puritana del islam de la que se alimenta Daesh".
Pero "el reino" no solo se basa en una alianza puritana con una de las expresiones religiosas más execrables del mundo contemporáneo. El reino es un estado canalla, antidemocrático y totalitario, que asesina a sus críticos y opositores de formas más abyectas que Rusia, y tanto o más despreciables que Irán. ¿De qué forma se recibe la información, cómo se conforma la visión del mundo, de qué forma se eligen los blancos de las críticas en la prensa, cuánta docilidad hay en los análisis de política internacional... como para que se ejerza una crítica constante contra Rusia, Siria o Irán, pero rara vez aparezca Arabia Saudita en los radares?
Quizás porque se llegó a un extremo (o quizás, simplemente, porque Turquía quiere sacar una ventaja geopolítica y Trump está muy molesto con los sauditas porque en su simplista visión del mundo cree que no hacen lo suficiente para hacer bajar el precio del petróleo), The New York Times, escribió el 17 de octubre del año en curso:
"Después de que Khashoggi fue llevado a la oficina del cónsul [saudí] en Turquía, Mohamed al Otaibi, los agentes agarraron al periodista de inmediato y comenzaron a golpearlo y torturarlo, incluida la amputación de sus dedos (...). 'Hagan esto afuera, me van a meter en problemas', se escucha que el cónsul les dice a los agentes, de acuerdo con el reporte del medio Yeni Safak, que citó las grabaciones obtenidas por la inteligencia turca. 'Si quiere vivir cuando usted regrese a Arabia, mejor cállese', le respondió a Al Otaibi uno de los agentes, según el periódico. Este reportó: 'Torturas horripilantes fueron cometidas contra Khashoggi, quien fue al consulado para obtener documentos'. A partir del recuento, mientras los agentes cercenaban los dedos y desmembraban el cuerpo del periodista, un doctor forense que fue llevado con el equipo para asesorar cómo deshacerse del cuerpo dio algunos consejos. Les recomendó escuchar música y él mismo se puso audífonos. El funcionario turco citado por Yeni Safak dijo que en el audio el médico dice que es lo que suele hacer para aliviar la tensión de realizar tales labores."
Esos monstruos son los aliados de las democracias occidentales, son los regímenes consentidos del mundo libre. Occidente (cada vez menos) se puede dar el lujo de guardar las formas, de firmar los acuerdos y las convenciones, de "respetar" la libertad de expresión y los derechos humanos. Puede hacerlo porque tiene aliados ("vasallos", solía decir sin tapujos Brzezinski) que se encargan del trabajo sucio, al tiempo que garantizan el flujo metabólico de materia prima y energía que mantiene en funcionamiento la economía capitalista global. Y no es sólo Arabia Saudí: es la mayoría de las petromonarquías árabes y de los gobiernos autoritarios y las "democracias de baja calidad" en África.
El problema no es que Rusia, Siria e Irán estén gobernados por unos "hijos de puta". Occidente no tiene ningún inconveniente en aliarse con "hijos de puta". Yeltsin (que ordenó a los tanques disparar contra el parlamento) fue mucho más "hijo de puta" con sus conciudadanos rusos (a los que hundió en la más grande miseria contemporánea) que ese grandísimo "hijo de puta" que es Putin. Pero Bill Clinton y Tony Blair (los neoliberales cool de “los felices 90's") no tenían problemas con ser amigos de Yeltsin. El problema entonces no es que Putin, Assad o Rohani sean unos "hijos de puta" sino que "no sean nuestros hijos de puta", es decir, aliados del democrático Occidente (según la célebre expresión de Roosevelt o de Hull, sea quien sea el autor).
El retorno del fascismo tiene, entre sus principales responsables, al Occidente democrático. Cuando el capitalismo está en crisis (y, ahora, el capitalismo se enfrenta a una crisis especialmente grave), el fascismo sale del closet. En el futuro, cuando se haga la arqueología correspondiente y se busquen las pistas tratando de responder "¿Por qué el fascismo regresó en el siglo XXI?", se hallará en Ucrania una pieza clave. En la emisión del 15 de febrero de 2015 del programa de televisión de Günther Jauch (uno de los presentadores más populares de Alemania), el embajador de Ucrania en Alemania, Andriy Melnyk, dijo que las tropas de Azov y el Sector Derecha, ambos grupos neonazis, son parte de las fuerzas armadas ucranianas, que están controladas y coordinadas por el régimen pro-occidental de Kiev.
A partir de entonces, las milicias nazis de Ucrania han ido cobrando fuerza. Aunque los voceros del liberalismo occidental, como Josh Cohen, un ex oficial de proyectos de USAID (la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), señalen los riesgos que implica la presencia de neonazis en las filas del ejército ucraniano, la medidas que proponen son ridículas: "Los diplomáticos occidentales y las organizaciones de derechos humanos deben instar al gobierno de Ucrania a defender el estado de derecho y dejar de permitir que la extrema derecha actúe con impunidad".
¡Cuánta mano dura contra el fascismo!
¿Qué piensan las democráticas instituciones occidentales de un "hijo de puta" como Bolsonaro? "Banco Santander confía en Bolsonaro para reflotar la economía de Brasil". "A varios expertos les preocupa el rechazo del candidato ultraderechista por la democracia y el fomento de la violencia. Pero creen que el brasileño podrá ser aliado de Washington en la lucha contra el crimen y el narcotráfico". "La Bolsa y los mercados brasileños muestran su apoyo a Bolsonaro".
No. No son equivocaciones o errores de cálculo. Occidente se alía con "hijos de puta" porque es una necesidad estructural. La economía capitalista no funciona sin el trabajo sucio de los "hijos de puta". Y si los “hijos de puta” se sienten protegidos y en confianza, el fascismo avanzará “pisando recio y sonriendo desdeñoso, todo ajetreado”.
Referencias:
Daoud, K. (2015, noviembre 21). Saudi Arabia, an ISIS That Has Made It. The New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/2015/11/21/opinion/saudi-arabia-an-isis-that-has-made-it.html
Kirkpatrick, D. D., & Gall, C. (2018, octubre 18). Audio Offers Gruesome Details of Jamal Khashoggi Killing, Turkish Official Says. The New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/2018/10/17/world/europe/turkey-saudi-khashoggi-dismember.html
Le Journal Du Siecle. (2015). Ukraine : « Les néo-nazis font partie de nos forces armées et sont contrôlés par Kiev ». Le Journal Du Siecle, 20 de febrero. Disponible en: http://lejournaldusiecle.com/2015/02/20/ukraine-les-neo-nazis-font-partie-de-nos-forces-armees-et-sont-controles-par-kiev/
Cohen, J. (2018, marzo 20). Commentary: Ukraine’s neo-Nazi problem. Reuters. Recuperado de https://www.reuters.com/article/us-cohen-ukraine-commentary/commentary-ukraines-neo-nazi-problem-idUSKBN1GV2TY
Redacción. (2018, octubre 15). Banco Santander confía en Bolsonaro para reflotar la economía de Brasil. Iberoeconomía: España en positivo. Recuperado de https://iberoeconomia.es/internacional/banco-santander-confia-en-bolsonaro-para-reflotar-la-economia-de-brasil/
Avendaño, T. y Betim, F. (2018, 5 de octubre). La Bolsa y los mercados brasileños muestran su apoyo a Bolsonaro. El País. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2018/10/03/america/1538585089_465404.html